Esta tarde estaba yo agustico en mi habitación, con el radiador a mi vera y hablando tranquilamente por el messenger cuando he pensado: habiendo -6ºC en la calle, ¿qué mejor cosa que irse por ahí a dar una vuelta a ver esto? Si hubiera estado en Pulpí, pues como que no. Pero estando en Berlín había que aprovechar, y por eso he tirado y me he ido al centro-este, justo por donde iba el muro. De camino me ha hecho gracia el hecho de cuanto más me acercaba al este para pillar el autobús, los hombrecillos de los semáforos cambian de forma, pasando de ser normales a ser como un hombre con sombrero. Vamos, lo típico de todas las camisetas de Berlín. Por cierto, he pagado las de pardillo y he dado 20 minutos de vueltas hasta dar con la parada exacta, todo eso mientras pasaban autobuses de los míos, no paraban, y yo con cara de tonto. Vuelvo a repetir: en Pulpí no pasa nada; en Berlín a 6 bajo cero la flipas. Luego me he bajado en la parada de la Puerta de Brandenburgo, que es esta ...