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Mostrando entradas de abril, 2011

Tío feteles

Me has pillado de improviso. Pensaba contártelo cuando llegara... pero bueno, te lo adelanto por aquí. Siempre a veces tan impaciente, aunque tus motivos tendrás, y esta vez sí que los entiendo más que nunca. Aquí te cuento un poco sobre estos tres meses en Berlin, a modo de resumen. Para empezar, resultó ser verdad que el frío tampoco era para tanto. Más de una vez te conté que me habían dicho que no me preocupara demasiado por este tema, pero no me lo terminaba de creer. Al final me sobró ropa de abrigo, y ahora cargado para España para hacer el cambio de temporada. La cuestión era abrigarse bien y no pasar demasiado tiempo en la calle, cosa difícil para nosotros. Te mentiría si alguna vez no he echado de menos un sillón como el tuyo, ahí con su par de manticas y la estufica enfrente, sobre todo cuando venía con los pies como el mármol. El trabajo al pelo, abuelo. Hago lo que quiero y soy mi propio jefe. Estos alemanes son dedicados, currantes y buenos en sus cosas, aunque nada d

Tacheles: un icono caído (y II)

Prosiguiendo con la visita a Tacheles, vamos a meternos dentro a investigar un poco a ver lo que hay. Lo primero que nos encontramos son unas escaleras. Las paredes no presentan hueco posible en el que se pueda poner tu nombre o pintar lo que sea, ya que están completamente pintarrajeadas y escritas. Quizá un garabato cualquiera aislado en una pared no tenga mucho sentido y quede feo, pero esos miles de garabatos, uno al lado del otro, forman una especia de mural que queda bastante bonito, sobre todo como fondo de una foto que viene a ser típica entre todos los visitantes que vienen a verla. Lo peor de esta parte: el olor a pipí. Creo que más de un cerdo o cerda se dedica a mear en la parte de abajo cuando está de fiesta por la calle, o simplemente cuando va a visitar la casa. Eso, juntado con que allí no ha entrado fregona en varios años, pues la cosa macera y aquello huele que alimenta. Sólo es una de las escaleras, por suerte. Conforme subes las escaleras puedes entrar en lo

Tacheles: un icono caído (I)

Tacheles ha caído. Tacheles -- se pronuncia "tágeles" -- es la mítica casa okupa de Berlín que se encuentra en Oranienburger Strasse ( ver ). Así, comentando por encima su historia -- y que alguien me corrija si me equivoco, porque lo cuento de memoria --, Tacheles fue un viejo centro comercial, y el cual tras darle varios nuevos usos, y tras la caída del muro, el personal del artisteo okupó para evitar su demolición y así aprovechar sus espacios para convertirlo en un referente cultural-alternativo. El problema es que esta gente -- gran parte de ellos -- se ha terminado vendiendo, así que ya no queda ni la mitad del entramado que había. Como yo he tenido la gran fortuna de verlo, os hago una visita virtual con esta entrada. Allá vamos. Como podéis ver en la foto, Tacheles tiene un aspecto ruinoso por fuera -- y por dentro -- que permite rápidamente identificarla la primera vez que intentas buscarla. Primera impresión: "aquí va a haber mierda por un tubo". Impre

No tiene precio (II)

Berlin podrá tener algunas de las mejores bibliotecas de Europa, muchos escritores de renombre en su historia, un festival internacional de literatura, y en definitiva, una de las colecciones literarias más importantes de Europa. Pero cagar con un ejemplar de "el jueves" en la mano... no tiene precio. Yo creo que está ahí ahí con la tortilla de patatas para ver cuál de los dos es más español. El otro día me lo trajo mi hermano y prometo leerme hasta la última coma. Gracias bro.

Mauerpark

El mercadillo en el parque de Mauerpark es uno de los Flohmark -- mercadillo de segunda mano -- más famosos de Berlin, sobre todo entre los jóvenes. Nada más llegar empiezas a ver riadas de gente hacia el mismo sitio, así que no es muy difícil encontrarlo, sólo hay que seguirlos.   Conforme vas entrando en el parque -- y sobre todo si hace buen tiempo -- puedes ver cómo la gente se tira en plan lagarto a tomar el sol por toda una ladera que discurre por todo el lateral del parque. En la parte de arriba hay unos columpios gigantes que algún día tengo que probar: subirse y encanarse al máximo para llegar cuanto más alto posible. Esa es la cuestión. Lo mejor de todo es que conforme te vas dando una vuelta por el parque, te vas encontrando con un montón de grupos de música, bandas de percusión, raperos, artistas de todo tipo, etc. Para mí es lo mejor del parque. Puedes escuchar música de calidad sin pagar un chavo -- si nunca les echas monedas, como yo --, a la vez que ellos se dan p

Bigote bigotón

Bueno, ya es que no me puedo aguantar, ¡¡¿es que las mujeres alemanas no han entendido que los bigotes femeninos NO MOLAN?!! Están por todas partes, no paro de verlos, me persiguen. Vas en el metro. Enfrente de ti acaba de sentarse una tía muy guapa, con unos ojazos impresionantes. Se baja la bufanda, una piel morena que no parece de aquí, labios bonitos y... aaahhh!! bigotazo. Pero muchacha, con lo guapa que eres, ¿cómo puedes tener ese bigote? Otro ejemplo. Vas andando, figura escultural a la vista, tremendaza. Te acercas, la miras, te mira... bigotón!!! Pero por favor, que alguien pare esto!!! Y lo peor de todo es que ya estoy emparanoyado, y lo primero que le miro a una mujer es el bigote. A ver, yo tampoco soy aquí mister Di Caprio para exigir nada, pero un poco de dignidad bigotal, por favor. Que eso es un tironcillo de nada, media tarde con el bigote en erupción, y quedas estupenda. Es como si yo estuviera tremendo, y me asomaran unos pelacos por el sobaco cual rastas. Pues

A little bit

"A little bit" viene a significar algo así como "un poco". Y esa es la respuesta que te dicen muchas personas aquí en Alemania cuando tú, incapaz de hablar cosas en alemán que no tengan nada que ver con pedir comida en un restaurante, decir tu nombre y cuántos años tienes, y cosas unidireccionales del estilo -- porque cuando ellos te hablan tú no lo entiendes --, preguntas educadamente: "¿sabe usted hablar inglés?" Un poco, te dicen. Pero te pones a hablar con ellos y te das cuenta de que ese "poco" es, probablemente, más inglés que el que hablan el 95% de los españoles. Muchas veces más inglés que el que yo mismo hablo, que trabajo todos los días hablando y leyendo en inglés. Y ya los jóvenes universitarios ni te cuento. Todos. Mucha gente viene al despacho a preguntar cualquier duda, y cuando se avalanzan a preguntarme algo en alemán les corto y les digo: "sooo, en inglés, que soy foráneo". Acto seguido, sin pestañear, cambian a in