Bueno. Después de una semana con bastante trabajo y atendiendo visitas, vuelvo a la carga.
El día de los turcos es el sábado. El sábado por la tarde es un buen día para bajar a comprar fruta. Coges el metro, tres paradas, coges el tren, otras cuantas, vuelves a pillar el metro otras dos paradas y ya estás allí. Aunque no lo parezca, está cerca, para ser Berlín. Pero esto no lo hago yo en el Puerto así me mataran, para comprar fruta... digo.
Ya os comenté en otra entrada lo de los puestos de la fruta de los turcos. Estos puestos te los puedes encontrar por la calle. Tú llegas, te das una vuelta, eliges la fruta que más te gusta y luego se la das a uno de los turcos. Te la pesa, te pone la etiqueta de lo que vale, y no te la cobra. Y yo la primera vez me quedé así como a cuadros pensando: "¿y dónde pijos se paga esto?". Entonces el turco, al entender perfectamente el idioma internacional que hablaba mi cara, me dijo en el otro idioma internacional consistente en gestos con las manos mientras hablas alemán de fondo del que, obviamente, no entiendes ni papa: "primo, tienes que pagarla ahí dentro".
Y es que aquí te cargas las bolsas de fruta, y luego tranquilamente entras al supermercado, decides si quieres comprar algo más, y terminas pagando todo. Anda que iba a triunfar esto en España!! La mitad de la gente iría, cargaría las bolsas -- a más no poder --, entraría al supermercado, se daría una vuelta, y luego para casita y aquí no ha pasado nada. Hale, frutica gratis, pal chache. Como si lo estuviera viendo. Y es que precisamente es eso lo que mi mente perversa española pensó en el primer momento. No robar, sino que sería muy fácil robar, no seáis mal pensados.
Pero lo mejor es que estos turcos te venden fruta de cualquier tipo. Fruta del dragón (en la foto), pomelos de miel, mangos, papayas, manzanas de cuatro tipos, naranjas de tres, mandarinas gigantes, mandarinas pequeñas, plátanos grandes y pequeños, etc. También tienen verdura de cualquier tipo, aunque hay cosas que son difíciles de encontrar, como por ejemplo los pepinos.
Lo malo es que la mayoría de ellas no saben a nada. Supongo que llevan demasiado tiempo en cámaras como para tener un buen sabor. Las mandarinas tienen una piel muy fina que a veces cuesta quitársela hasta con un cuchillo. Hay muchas frutas que a pesar de tener una pinta brutal por fuera, por dentro no saben a nada. Los kiwis parece que tienen alopecia, que te dejan el cajón de la fruta que parece una bañera llena de pelos. Las lechugas y los tomates hay veces que saben igual, a cámara. Hay frutas que saben a un sabor indescriptible, es como sabor a ausencia. ¿Dónde está esa huerta del Segura, los campos del Guadalentín, o los invernaderos de Almería? Muy lejos, y metidos en camiones.
Con razón mi compañero de trabajo, que estuvo en la Gomera hace un mes, vino diciendo que aparte del clima lo mejor era el sabor de la comida, que estaba todo mucho más bueno que aquí. Y es que sobre todo en el tema frutas y verduras es verdad, se nota mucho. Algunos españoles dicen: "les vendemos lo peor, pobrecicos". Pero no, no los vendemos lo peor, compran lo peor. Que no es lo mismo. Eso sí, si te gastas el doble o el triple puedes comprar una fruta mucho más buena, aquí etiquetada como gourmet, pero que es como la que tenemos allí en España, por lo menos en el sur. A veces merece la pena gastarse ese dinero, pero no todos los días puede ser fiesta.
Pero bueno, melacolías aparte, los turcos también tienen su truco del almendruco. Sí, son algunos de ellos son chorizos. Las primeras veces que compras intentan echarte ellos la fruta, y te ponen la buena arriba y la chunga abajo, así le van dando campo. Luego, cuando te has fichado a los pájaros ya les dices: "no no, yo me la echaré, que tengo manos, no seas tan servicial". Además, son más finos que el coral poniendo las etiquetas. Las ponen que no se nota nada, todo perfecto, y luego cuando llegas a tu casa y destapas: sorpresa!!! Un picado, un golpe, un agujero, etc. cualquier cosa que antes no estaba ahí, pero que ahora te obliga a meter el cuchillo hasta el fondo.
Pero a pesar de todo, tienen otra cosa muy buena. Y es que si no has podido ir el sábado, también puedes ir a comprar en domingo a unos puestos que tienen montados en una de las estaciones, cuando te recoges de alternar. Toda la fruta y verdura de la semana. El frigo lleno, ahí, contento y con alegría, como cuando llego a mi casa los viernes desde Murcia, viernes de mercao, viernes de plaza.
El día de los turcos es el sábado. El sábado por la tarde es un buen día para bajar a comprar fruta. Coges el metro, tres paradas, coges el tren, otras cuantas, vuelves a pillar el metro otras dos paradas y ya estás allí. Aunque no lo parezca, está cerca, para ser Berlín. Pero esto no lo hago yo en el Puerto así me mataran, para comprar fruta... digo.
Ya os comenté en otra entrada lo de los puestos de la fruta de los turcos. Estos puestos te los puedes encontrar por la calle. Tú llegas, te das una vuelta, eliges la fruta que más te gusta y luego se la das a uno de los turcos. Te la pesa, te pone la etiqueta de lo que vale, y no te la cobra. Y yo la primera vez me quedé así como a cuadros pensando: "¿y dónde pijos se paga esto?". Entonces el turco, al entender perfectamente el idioma internacional que hablaba mi cara, me dijo en el otro idioma internacional consistente en gestos con las manos mientras hablas alemán de fondo del que, obviamente, no entiendes ni papa: "primo, tienes que pagarla ahí dentro".
Y es que aquí te cargas las bolsas de fruta, y luego tranquilamente entras al supermercado, decides si quieres comprar algo más, y terminas pagando todo. Anda que iba a triunfar esto en España!! La mitad de la gente iría, cargaría las bolsas -- a más no poder --, entraría al supermercado, se daría una vuelta, y luego para casita y aquí no ha pasado nada. Hale, frutica gratis, pal chache. Como si lo estuviera viendo. Y es que precisamente es eso lo que mi mente perversa española pensó en el primer momento. No robar, sino que sería muy fácil robar, no seáis mal pensados.
Pero lo mejor es que estos turcos te venden fruta de cualquier tipo. Fruta del dragón (en la foto), pomelos de miel, mangos, papayas, manzanas de cuatro tipos, naranjas de tres, mandarinas gigantes, mandarinas pequeñas, plátanos grandes y pequeños, etc. También tienen verdura de cualquier tipo, aunque hay cosas que son difíciles de encontrar, como por ejemplo los pepinos.
Lo malo es que la mayoría de ellas no saben a nada. Supongo que llevan demasiado tiempo en cámaras como para tener un buen sabor. Las mandarinas tienen una piel muy fina que a veces cuesta quitársela hasta con un cuchillo. Hay muchas frutas que a pesar de tener una pinta brutal por fuera, por dentro no saben a nada. Los kiwis parece que tienen alopecia, que te dejan el cajón de la fruta que parece una bañera llena de pelos. Las lechugas y los tomates hay veces que saben igual, a cámara. Hay frutas que saben a un sabor indescriptible, es como sabor a ausencia. ¿Dónde está esa huerta del Segura, los campos del Guadalentín, o los invernaderos de Almería? Muy lejos, y metidos en camiones.
Con razón mi compañero de trabajo, que estuvo en la Gomera hace un mes, vino diciendo que aparte del clima lo mejor era el sabor de la comida, que estaba todo mucho más bueno que aquí. Y es que sobre todo en el tema frutas y verduras es verdad, se nota mucho. Algunos españoles dicen: "les vendemos lo peor, pobrecicos". Pero no, no los vendemos lo peor, compran lo peor. Que no es lo mismo. Eso sí, si te gastas el doble o el triple puedes comprar una fruta mucho más buena, aquí etiquetada como gourmet, pero que es como la que tenemos allí en España, por lo menos en el sur. A veces merece la pena gastarse ese dinero, pero no todos los días puede ser fiesta.
Pero bueno, melacolías aparte, los turcos también tienen su truco del almendruco. Sí, son algunos de ellos son chorizos. Las primeras veces que compras intentan echarte ellos la fruta, y te ponen la buena arriba y la chunga abajo, así le van dando campo. Luego, cuando te has fichado a los pájaros ya les dices: "no no, yo me la echaré, que tengo manos, no seas tan servicial". Además, son más finos que el coral poniendo las etiquetas. Las ponen que no se nota nada, todo perfecto, y luego cuando llegas a tu casa y destapas: sorpresa!!! Un picado, un golpe, un agujero, etc. cualquier cosa que antes no estaba ahí, pero que ahora te obliga a meter el cuchillo hasta el fondo.
Pero a pesar de todo, tienen otra cosa muy buena. Y es que si no has podido ir el sábado, también puedes ir a comprar en domingo a unos puestos que tienen montados en una de las estaciones, cuando te recoges de alternar. Toda la fruta y verdura de la semana. El frigo lleno, ahí, contento y con alegría, como cuando llego a mi casa los viernes desde Murcia, viernes de mercao, viernes de plaza.
Tú dices que hay cosas en Berlín que te hacen recordar a gente, pues yo me acuerdo de ti con la fruta, hay veces que cuando le estoy hincando el diente a las manzanas esas que tu madre le compra a mi padre, negocios de ellos, pienso..., ¿mi Peter podrá comer ahora manzanas de éstas?, vamos que cuando llegues en la época de la sandia te vas a poner la panza para un lado.
ResponderEliminarHola Pedro.
ResponderEliminarPerdón por la intromisión, sé que no me conoces de nada, ni yo a ti, pero suelo leer tus relatos y me parecen muy interesantes.
Me he atrevido a hacer un pequeño comentario porque resulta que yo trabajo en una empresa de agricultura que exporta a varios países del norte de Europa. Así que es muy probable que los tomates, lechugas y mandarinas que te comes sean paisanos tuyos.
Y en algunas ocasiones la mercancía se tira en un camión hasta 17 días, así que imagina a que pueden saber…jejee
Un saludo y continua escribiendo …
Prima, pues las manzanas son una de las frutas que medio se salva, eso sí, sin llegar a los niveles de allí. Hay ambrosía, pero no está igual. Lo que sí he dado ha sido con una variedad de manzanas abolladas, que están duras pero saben bastante bien.
ResponderEliminarPor cierto, prepara el Jeep que el 1 de Agosto me voy con tu padre a coger chumbos, y de sandía y melocico me voy a poner hasta el culo. Que wenos...
Por cierto, nada de perdones por la intromisión, que me encantan los comentarios
ResponderEliminarPedro de esa sandia me encargo yo;sera en la barca navegando por Cabo d Gata;recuerdas sol,sandia,birras,chicas muuuuu wuenas.....jjjjjj
ResponderEliminarDi que si,donde se pongan unos buenos chumbos(eso si bien barridos,para no llenarte de pinchas al pelarlos)y unas buenas brevas o higos,sobre todo si te las comes debajo de la higuera recièn cogidos,y no digamos una sandía de esas que al cortarlas se rajan y aparece un color rojo que te alegra la vista,y sobre todo si los demás te dejan comerte el corazón o centro de la sandía,eso no tiene precio.Si después de comerte todo esto te echas una siesta,ni fruta de los turcos cogiendo metros y trenes para comprarla, ni gourmet ni naranjas de la China.Bueno ya queda poco para volver a comer esas cosas tan buenas, y sobre todo para volver a verte.Besos.
ResponderEliminarjoé Tere, que acabo de comer, no me hagas esto...
ResponderEliminarque ganas...
La verdad es que queda poco, pero creo que la fruta buena ya la pillaré para cuando vuelva en el verano.
1 besiko
Dile al Marcos y a Gema que te lleven una maleta de fruta!!! Amenázalos con dejarlos sin casa!!! jejejejeje
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