Ésta ha sido una semana movidita. Todos los días he ido a trabajar religiosamente -- de todo menos eso -- de 8:30 a 17:30 como debe ser, pero la noche es joven en Berlín y hay que aprovecharla. Y es que esa es otra de las cosas que me gusta de aquí, que puedes hacer un montón de cosas y todos los días, no tienes por qué esperarte al fin de semana. Además, como esta gente no es de acostarse muy tarde son completamente compatibles con trabajar la mañana siguiente, aunque nuestro espíritu español hace que eso no se cumpla a rajatabla, ya sabéis.
El lunes no hice nada morque tenía mudanza, pero el martes ya empezó la cosa bien. Una amiga del Puerto que está pasando aquí unas semanas me invitó a cenar a casa de su novio. La verdad es que se portaron de lujo -- gracias desde aquí -- porque me hicieron una cena estupenda al estilo italiano: primero la pasta, y luego la ensalada. La verdad es que se agradece cuando estás fuera poder echar una noche de conversación en español, que desde que he venido aquí no había tenido ninguna. Y bien que la echamos, sobre todo mientras nos bebíamos dos botellas de vino ahí, copazo tras copazo, que eso ayuda en la conversa.
El miércoles siguió la cosa bien. Desde que vine a Berlín quería encontrar algún sitio en el que pudiera escuchar jazz en directo. Y la verdad es que no pudo ser mejor. Un día estando con unos de mis amigos italianos comenté la jugada, y resulta que ellos eran también jazzeros. Decidimos ir a la jam session que hacen los miércoles en un garito que se llama B-Flat. Una jam session consiste en que como el jazz puede tocarse improvisando, cualquier músico que haya en el público y lleve su instrumento puede subirse y tocar con los demás. A pesar de que los que tocan suelen ser habituales, hay gente que llega nueva y se une al grupo. Uno de ellos fue uno de los italianos que iba con nosotros. Sergio -- que así se llama el menda -- es un cantante de ópera y zarzuela, y al que también le gusta tocar el clarinete y la guitarra. Esa noche se llevó su guitarra para subirse a tocar, y aunque al llegar se echó un poco para atrás viendo el nivel que había, al final terminó tocando.
La verdad es que el bar estaba de lujo. Aparte del ambiente de jazz, la gente era bastante joven y el rollo era como de conversación en un lado, y de música en el otro. Que si te apetece ver a los músicos, para el escenario; que no, pues puedes tener tu rato de conversación mientras escuchas el jazz de fondo. También había algunos mayores, pero los menos. Y algún personaje que otro también. A mi lado tenía el típico de la gabardina gris y gorro de las películas, el cual en un momento que me di la vuelta nos estaba mirando con una cara bastante sospechosa. El momento de intranquilidad no duro mucho, pero que momento. El miércoles que viene volvemos.
El jueves también tenía movida. Hace unas semanas me enteré que habían dos españoles viviendo en los apartamentos a los que me acababa de mudar, y que estaban de prácticas en la universidad-empresa en la que yo estoy. Entonces se me ocurrió la genial idea de meterle una bola a la simpática de administración -- que por cierto está tremenda, añado -- y le dije que los conocía y necesitaba contactar con ellos, pero que quería el correo de la empresa para poder localizarlos por el comunicador interno. Aquí el rollo de socializar, reunirse, hablar, etc. se lleva mucho, así que no hubo ningún problema en que me diera los correos. Una vez en mi poder, les mandé un correo a esta gente que resultaron ser un chico y una chica de Madrid, muy simpáticos los dos, y con los cuales no tardé más de dos correos en quedar para tomarnos unas cervezas en el apartamento de la chica. Los tres, no penséis mal.
Segunda noche de conversación en español en la semana, eso era ya un logro. La verdad es que estuvimos de charla hasta bastante tarde, y es que son gente muy abierta y con la que se puede echar un rato agradable. Hablamos de varias cosas, pero destaco una en particular. Los tres llegamos a la conclusión de que siempre nos habíamos hecho la misma pregunta, que consiste en qué se ha estado haciendo mal durante muchos años para que tres jóvenes con carrera y con un montón de cosas que ofrecer tengamos que terminar en una habitación de un apartamento en Berlín, bebiendo cervezas, mientras se nos abre la boca porque llevamos todo el día trabajando para que uno o varios empresarios y empresarias alemanas ganen más dinero. No miro a ninguno de los dos lados porque esto no es cosa de poco tiempo, sino de muchos años, y es que hay que joderse. Con la falta que hay de sacar el país adelante y la gente preparada haciendo maletas para irse al extranjero, porque en España se comen literalmente, perdonen la expresión, una mierda. Españoles, paguen impuestos para pagar becas a nuestros jóvenes, que luego vendrá un empresario extranjero con dos dedos de frente y se los llevará gratis. Gracias por financiar el progreso de otros países. Es para pararse a pensar, y pedir que otros también se paren a hacerlo.
Bueno, mañana sigo que es muy tarde, y todavía queda bastante semana por contar...
El lunes no hice nada morque tenía mudanza, pero el martes ya empezó la cosa bien. Una amiga del Puerto que está pasando aquí unas semanas me invitó a cenar a casa de su novio. La verdad es que se portaron de lujo -- gracias desde aquí -- porque me hicieron una cena estupenda al estilo italiano: primero la pasta, y luego la ensalada. La verdad es que se agradece cuando estás fuera poder echar una noche de conversación en español, que desde que he venido aquí no había tenido ninguna. Y bien que la echamos, sobre todo mientras nos bebíamos dos botellas de vino ahí, copazo tras copazo, que eso ayuda en la conversa.
El miércoles siguió la cosa bien. Desde que vine a Berlín quería encontrar algún sitio en el que pudiera escuchar jazz en directo. Y la verdad es que no pudo ser mejor. Un día estando con unos de mis amigos italianos comenté la jugada, y resulta que ellos eran también jazzeros. Decidimos ir a la jam session que hacen los miércoles en un garito que se llama B-Flat. Una jam session consiste en que como el jazz puede tocarse improvisando, cualquier músico que haya en el público y lleve su instrumento puede subirse y tocar con los demás. A pesar de que los que tocan suelen ser habituales, hay gente que llega nueva y se une al grupo. Uno de ellos fue uno de los italianos que iba con nosotros. Sergio -- que así se llama el menda -- es un cantante de ópera y zarzuela, y al que también le gusta tocar el clarinete y la guitarra. Esa noche se llevó su guitarra para subirse a tocar, y aunque al llegar se echó un poco para atrás viendo el nivel que había, al final terminó tocando.
La verdad es que el bar estaba de lujo. Aparte del ambiente de jazz, la gente era bastante joven y el rollo era como de conversación en un lado, y de música en el otro. Que si te apetece ver a los músicos, para el escenario; que no, pues puedes tener tu rato de conversación mientras escuchas el jazz de fondo. También había algunos mayores, pero los menos. Y algún personaje que otro también. A mi lado tenía el típico de la gabardina gris y gorro de las películas, el cual en un momento que me di la vuelta nos estaba mirando con una cara bastante sospechosa. El momento de intranquilidad no duro mucho, pero que momento. El miércoles que viene volvemos.
El jueves también tenía movida. Hace unas semanas me enteré que habían dos españoles viviendo en los apartamentos a los que me acababa de mudar, y que estaban de prácticas en la universidad-empresa en la que yo estoy. Entonces se me ocurrió la genial idea de meterle una bola a la simpática de administración -- que por cierto está tremenda, añado -- y le dije que los conocía y necesitaba contactar con ellos, pero que quería el correo de la empresa para poder localizarlos por el comunicador interno. Aquí el rollo de socializar, reunirse, hablar, etc. se lleva mucho, así que no hubo ningún problema en que me diera los correos. Una vez en mi poder, les mandé un correo a esta gente que resultaron ser un chico y una chica de Madrid, muy simpáticos los dos, y con los cuales no tardé más de dos correos en quedar para tomarnos unas cervezas en el apartamento de la chica. Los tres, no penséis mal.
Segunda noche de conversación en español en la semana, eso era ya un logro. La verdad es que estuvimos de charla hasta bastante tarde, y es que son gente muy abierta y con la que se puede echar un rato agradable. Hablamos de varias cosas, pero destaco una en particular. Los tres llegamos a la conclusión de que siempre nos habíamos hecho la misma pregunta, que consiste en qué se ha estado haciendo mal durante muchos años para que tres jóvenes con carrera y con un montón de cosas que ofrecer tengamos que terminar en una habitación de un apartamento en Berlín, bebiendo cervezas, mientras se nos abre la boca porque llevamos todo el día trabajando para que uno o varios empresarios y empresarias alemanas ganen más dinero. No miro a ninguno de los dos lados porque esto no es cosa de poco tiempo, sino de muchos años, y es que hay que joderse. Con la falta que hay de sacar el país adelante y la gente preparada haciendo maletas para irse al extranjero, porque en España se comen literalmente, perdonen la expresión, una mierda. Españoles, paguen impuestos para pagar becas a nuestros jóvenes, que luego vendrá un empresario extranjero con dos dedos de frente y se los llevará gratis. Gracias por financiar el progreso de otros países. Es para pararse a pensar, y pedir que otros también se paren a hacerlo.
Bueno, mañana sigo que es muy tarde, y todavía queda bastante semana por contar...
Con lo que te gustan a ti esos fregaos, el miércoles estás en el B-Flat tocándote unos temillas en medio de una jam session.........que bueno, seguro que no tardarás mucho
ResponderEliminarun besio Peri
Heyyyy fenómeno!!! Acado de llegar de la cena de los lunes y de un mini finde con Eve en El Pozo del Esparto, he visto el catamarán y me ha dado recuerdos para ti!!! Seguro que este verano lo terminas de destrozar de tanto usarlo!!!
ResponderEliminarCon respecto al tema de la formación y el curro en España, llevas toda la razón del mundo, así se gobiernan las repúblicas bananeras, sólo que allí tienen todo el tiempo y la tranquilidad del mundo para formar a los jóvenes y que emigren a otros países a trabajar y a enriquecerlos.
Los verdaderos brotes verdes sois vosotros!!!
Jóvenes preparados y con ganas de trabajar!!!
Qué pena que os hagan brotar aquí y os tengáis que transplantar en otros países.
Sabes que yo paso de política, pero te voy a contar un chiste que me contó el primo Marcos...
La culpa de la situación que vivimos en España es de Franco, por no haber legalizado el aborto a tiempo... Así muchos de los políticos que nos gobiernan igual no hubieran nacido!!!
P.D. Una pequeña aclaración, el chiste original dice... Así Zapatero no hubiera nacido!!! Pero yo me he tomado la libertad de generalizar un poco más y así los meto a todos en el mismo saco y me mantengo en la posición neutral a la que creo que pertenezco, ya que no me siento representado por ninguno.
cuanta razón, hermano...
ResponderEliminarYa veo que no tienes tiempo para aburrirte. Creo, que además del dinero que gane cualquier empresa lo más importante de todo es que a la vez tú también te vas enriqueciendo con esta experiencia, aunque no sea exactamente el bolsillo. Besos
ResponderEliminar