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La voluntad

El otro día fui a un bar que me encantó. Buen ambiente, buena gente, cómodos sillones, algo de comida, y mucho vino. Se llama Weinerei Forum ( http://www.weinerei.com/forum.html ), y lo podemos encontrar cerca de la parada U Rosenthaler Platz ( ver ). Se trata de una vinería. Aquí puedes probar multitud de vinos (tintos, rosados, blancos, dulces, etc.), además de degustar algo de comida para no perecer en el intento. La comida suele ser básica -- por lo menos cuando yo fui. Algo de pasta, ensalada, quiche , y si tienes suerte algo de dulzaina para terminar. El ambiente es muy bueno: multitud de gente joven y no tan joven se distribuyen por mesas, sillas, taburetes y sillones, cada uno de su padre y de su madre, lo que le da al bar ese toque característico muy común en los bares de Berlín. Es el típico bar de "nos pegamos hostias al entrar para pillar el sofá", merecerá la pena. También es otro de esos bares difíciles de encontrar en España, por la simple razón de que en nu

Iberia me la lía una vez más

Quién me iba a decir a mí que mi primer post después de volver de España sería para cagarme -- sí, de hacer caquita -- en Iberia. Esa gran compañía que ya me hizo la pinza al reservar un vuelo para ir a España, y que ahora me la vuelve a hacer dejándome tirado en Madrid. Gracias a tus eficientes trabajadores, Iberia, has chafado muchos de los planes que tenía previstos solucionar esta noche y mañana. El balance asciende a lo siguiente: no llego a Berlín esta noche, llegando mañana a la hora de comer, lo que me obliga a dormir fuera de mi casica nueva, a pegarme un madrugón, y a alargar casi veinticuatro horas mi viaje hacia Berlin pierdo un día de trabajo (eso no es malo del todo ;-) no llego a recoger las llaves de mi nuevo piso, y ahora tengo que esperar hasta mañana a las diez de la noche, con una maleta de 23 kg, hasta que mi vecina llegue de trabajar no tengo muda, aunque cierta gracia no divina ha hecho que echara un paquete de calcetines en la mochila, ya que se me olvidó m

Tío feteles

Me has pillado de improviso. Pensaba contártelo cuando llegara... pero bueno, te lo adelanto por aquí. Siempre a veces tan impaciente, aunque tus motivos tendrás, y esta vez sí que los entiendo más que nunca. Aquí te cuento un poco sobre estos tres meses en Berlin, a modo de resumen. Para empezar, resultó ser verdad que el frío tampoco era para tanto. Más de una vez te conté que me habían dicho que no me preocupara demasiado por este tema, pero no me lo terminaba de creer. Al final me sobró ropa de abrigo, y ahora cargado para España para hacer el cambio de temporada. La cuestión era abrigarse bien y no pasar demasiado tiempo en la calle, cosa difícil para nosotros. Te mentiría si alguna vez no he echado de menos un sillón como el tuyo, ahí con su par de manticas y la estufica enfrente, sobre todo cuando venía con los pies como el mármol. El trabajo al pelo, abuelo. Hago lo que quiero y soy mi propio jefe. Estos alemanes son dedicados, currantes y buenos en sus cosas, aunque nada d

Tacheles: un icono caído (y II)

Prosiguiendo con la visita a Tacheles, vamos a meternos dentro a investigar un poco a ver lo que hay. Lo primero que nos encontramos son unas escaleras. Las paredes no presentan hueco posible en el que se pueda poner tu nombre o pintar lo que sea, ya que están completamente pintarrajeadas y escritas. Quizá un garabato cualquiera aislado en una pared no tenga mucho sentido y quede feo, pero esos miles de garabatos, uno al lado del otro, forman una especia de mural que queda bastante bonito, sobre todo como fondo de una foto que viene a ser típica entre todos los visitantes que vienen a verla. Lo peor de esta parte: el olor a pipí. Creo que más de un cerdo o cerda se dedica a mear en la parte de abajo cuando está de fiesta por la calle, o simplemente cuando va a visitar la casa. Eso, juntado con que allí no ha entrado fregona en varios años, pues la cosa macera y aquello huele que alimenta. Sólo es una de las escaleras, por suerte. Conforme subes las escaleras puedes entrar en lo