El otro día volvió a ser una corrida espectacular. Decidí volver por las calles Alt-Moabit Strasse y Turmstrasse, que son las que recorrí los primeros días porque era donde estaba el hostal en el que me hospedaba. Creo que por eso es por lo que les tengo un especial cariño. Estas dos calles están el el barrio de Moabit, un barrio situado al norte del barrio donde yo vivo, y en el medio un río que los separa. Por lo tanto, lo primero que tuve que hacer fue buscar un puente para llegar a Moabit. El tema de los puentes es especial en Berlín. Hay bastantes, ya que hay varios ríos que atraviesan la ciudad. Pero lo mejor de todo son los edificios que te encuentras en los alrededores de los ríos, ya que es donde suelen situarse algunos de los hoteles y edificios públicos. Darte una vuelta por la noche y ver esos edificios encendidos, y con las luces reflejándose en la oscuridad del agua, es una cosa que no hay que perderse. Una vez crucé el río me adentré en Moabit. Este barrio es bast