El otro día me fui a visitar Alexanderplatz, o "Alex" como la llaman los berlineses. Miro la guía y el nombre es por un zar ruso, Alejandro I. Alexanderplatz es un lugar situado en el centro-este de la ciudad, algo más al este que la zona de la Puerta de Brandenburgo, y en ella confluyen varias líneas del transporte público -- metro, tren, tranvía, etc. -- así que si vienes a visitar Berlín pasas por aquí sí o sí. Además, con un paseo de hora u hora y media te permite ver todo lo que os voy a contar aquí, y seguro que mucho más.
...observa: mis papilas gustativas están muy muy rojas, como que quieren salir de aquí, saltar, y morir en paz.
Lo primero que ves al salir de la estación es una plaza rodeada de edificios. Entonces te preguntas, ¿tanto Alexanderplatz para esto? Además, pasé por aquí el otro día cuando me fui de fiesta con unos españoles -- ya os lo he dicho antes, que pasas fijo. Pues nada, andemos un poco.
Lo primero que te encuentras en la plaza es el reloj de la hora mundial. Es como un cilindro grande y estrecho que tiene dibujado el mapa del mundo sobre el que se pueden ver el nombre de las capitales más importantes. Luego, una pieza metálica con las horas va girando, de manera que si buscas tu ciudad puedes ver -- bueno, intuir -- la hora que es. Sigo andando, me vuelvo para ver la plaza desde otra perspectiva y... zasca!! Una pedazo de torre del quince con una antena que llega a arañar las nubes que había aquella tarde. Empezamos bien, esto me va gustando, pero ya volveremos.
Sigo andando un poco y paso por el Berliner Rathaus. Esto no me gusta mucho, sigo andando.
Un poco más abajo está la Nikolaiviertel. Esta iglesia de estilo barroco tampoco es para tanto -- a mí es que el tema de las iglesias... --, pero lo mejor es el entorno. Todas las calles están empedradas, y de vez en cuando te puedes ir encontrando con alguna escultura que otra, y algunos jardines. El río también está cerca, lo que le da un toque especial, como más antiguo. En esta parte también hay muchos comercios guardando una estética tradicional, que la verdad están bastante bonitos, pero tienen una pinta de caros que no veas.
Andando hacia la catedral te encuentras la estatua de Marx y Engels, dos de los padres de la teoría comunista. Está bastante chula, aunque yo tuve la mala suerte de que estaban haciendo obras alrededor ese día. De todos modos la pude apreciar sin ningún problema.
Después de la estatua pasé por el Berliner Dom, que es la catedral protestante de Berlín. En la guía puedo leer que fue una de las catedrales más castigadas por los bombardeos aliados -- lo mismo es porque está en pleno este de la ciudad ;-)
Sigo andando y justo enfrente hay un parque bastante básico, vamos, una pradera con césped. Está lloviendo, pero hay gente justo en el centro del parque haciendo un corro, cogidos de la mano. Empiezo a extrañarme, pero aún me extraño más cuando veo que se han molestado en ir marcando el césped -- como un portero de fútbol lo hace con los pies para marcar con rayas los límites de la portería -- para hacer un corazón gigante. En el medio del corazón gigante están ellos. Los observo, y están contentos, aunque tiene pinta de secta o algo así. Probablemente era su día. Probablemente no llegaran al día siguiente ;-) Cuanto colgao!!
Bueno. Sigo mi camino y me dirijo a la isla de los museos. Antes paso por un puente, cruzo el río, y llego a un mercadillo -- en Berlín son muy típicos en fin de semana, sobre todo en domingo. El tema principal -- todos suelen tener un tema principal -- era el arte y la artesanía. Creo que es un indicador de que la isla de los museos no está muy lejos. Por cierto, empezaban a caer auténticos "chuzos de punta", y no los de el Puerto, que aquí duelen más. Empiezo a acordarme del maravilloso calor que hace en mi residencia gris.
Paso el mercadillo y me adentro en el temazo de los museos. La verdad es que la zona es impresionante. Como podéis ver en las fotos, está todo lleno de edificios antiguos entre los cuales se van adentrando los ríos. Conforme los ríos se retuercen, puedes ir encontrando algunas obras de arte y edificios en algunas de sus curvas, y también algunos puentes que merece la pena ver. Lo mejor, el museo Pergamon -- la guía dice que si sólo pudieras ver un museo en Berlín, sería este -- y su entorno. Es precioso. Ya está mereciendo la pena la lluvia.
Salgo de la isla de los museos -- no sé por qué se llama isla -- pasando por el famoso puente Friedrichbrücke -- brücke es puente en alemán. No sé por qué es tan famoso, tampoco es para tanto. Ah sí! las vistas, no me había fijado.
Bueno, vámonos a la torre de la televisión que tengo ganas de tomarme algo caliente. Sigo andando hacia la torre -- es fácil encontrarla, incluso sin guía -- y pasa como con los molinos de viento, pero a lo recio: cuanto más te acercas, más la flipas, y más te duele el cuello.
Exacto. La torre es más larga que un día sin pan, incluso más que la torre Eiffel de París. Tiene como una pelota arriba en la que hay un mirador. Aparte de ser caro -- unos 15 pavos o así -- no hace buen día, y en la guía dice que hay que subir los días claros. Además, prefiero poder estar en ese mirador con alguien para poder compartir lo que ves. Con alguien de los primeros que venga lo haremos.
La torre es un símbolo en Berlín, como podréis apreciar cuando vengáis. Además, aparte de estar bastante bonito el poder apreciar el skyline de Berlín por la noche con la torre de fondo, te sirve como punto de referencia, por si te pierdes o te pones piripi, o las dos cosas, que no es muy difícil aquí en Berlín.
Vamos para la estación. Dos horas buscando los servicios y... mierda!! hay que pagar. Después de evacuar, busco una cafetería para comprarme algo caliente, que me lo he ganao! Un café con leche para llevar y un muffin -- lo que viene a ser una magdalena gorda -- de chocolate. Me voy a poner las botas. Me subo a la estación, cerca de los andenes. Creo que es el mejor sitio para leerme en la guía todo lo que acabo de ver; mientras escuchas la gente pasar, los trenes ir y venir, y te deshaces de los mendigos diciéndoles un simple Entschuldigung!, que vienen a ser lo siento -- sí, mi padre me dejó la herencia de que se me peguen todos los mendigos y los desalmados, qué le voy a hacer.
Me siento en mi banco, mi guía de Berlín en mis rodillas. A mi izquierda la magdalena y el café con leche. Le pego un bocado a la magdalena. Cojo el vaso de café con leche, que era uno de esos vasos desechables con tapa para que no se te salga, pero con un agujero para que te lo vallas bebiendo. Le pego un trago, y siento cómo todos los malditos volcanes del planeta tierra se funden en mi boca. Su puta madre!!! Mientras ese delicioso magma volcánico entraba en mi boca mis ojos se abrían como dos antenas parabólicas de la torre de la televisión que acababa de ver. Iluso de mí -- iluso de mí -- pensé que cuando esa dulce lava de color "dolor abrupto" pasara por el trozo de magdalena que ya llevaba en la boca, el tema temperatura extrema se iba a calmar -- sí sí, como cuando piensas que ese fatídico pedo que te acabas de tirar debajo de tu edredón nórdico de Ikea nunca alcanzará tus narices impregnadas del olor del gel con el que te acabas de duchar. Y una mierda como un camión de Paconsa!!! La magdalena se desintegró mientras se me iba quemando toda la boca, tráquea, esófago, y así hasta llegar a los dedos de los pies. ¡¡¡ La virgen !!! Se me quitó todo el frío de golpe. Una vez me pude recuperar de aquello, y después de haber perdido por completo el sentido del gusto, terminé de comerme la magdalena y de beberme el café con leche, eso sí, soplando, Adán!!
Lo peor vino después. Una vez que mis papilas gustativas cayeron como hojas de árbol caduco después de muertas, y la temperatura de mi lengua se redujo de 1000ºC a 999ºC, parecía que había venido el del Millán a descargarme un "dumper" de tierra en la boca, gravilla de mortero, de la que rasca. Y así me tiré más o menos como unos tres días, con tierra en la boca.
En esta ocasión, el tío los pollos...
...aconseja: si vienes a Berlín, no te fíes de ningún líquido que salga de un tubo o tubería. Tenías que ver cómo sale el agua de la ducha: si te pasas en un milímetro, corre.
...reflexiona: con todo el porsaco que dan en España los veterinarios a los comercios, cómo es posible que aquí en Alemania que se supone -- se supone -- están más avanzados que nosotros, no haya alguien comprobando la temperatura de los líquidos que sirven en los bares?...observa: mis papilas gustativas están muy muy rojas, como que quieren salir de aquí, saltar, y morir en paz.
Peri nos dejas muertos, si con un café con leche y una magdalena te inspiras casi para escribir un libro, no podemos imaginar lo que nos puedes contar el día que vayas a un restaurante de lujo. Un besazo de tus titos
ResponderEliminarno es cosa de inspiración, es cosa de tiempo libre. y eso del restaurante de lujo me da a mí que...
ResponderEliminara ver si echamos un rato por la cam
Jajajajwj eres un crack!!!!!! Estoy leyendo esto en el centro comercial de Aguilas mientas lina mira ropa y me parto de risa con tus azanass, la gente me mira y se queda Lina dice que a ver si somos los primeros en subir a la torre de televisión contigo. Estaremos en contacto. Un abrazo
ResponderEliminarYo estoy ya por no mirar las fotos!!! Que me lo voy a conocer todo antes de ir!!!
ResponderEliminarESPERO K TODO TE VAYA BONITO.Y ECHALE FOTOS A LAS TXURRIS Y NO TANTO MONUMENTO,SUERTE.Kanela
ResponderEliminaresta muy bonita tu pagina web es muy interesante te felicito tienes un gran futuro!!! me haces recordar cuando yo tambien estuve ppro ahi !!!!
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada de Berlín de tu blog. Me he metido porque voy dentro de un mes a visitar a un amigo y trabaja casí todo el día así que tendré que hacerme una guía para ir visitando sola los rincones de Berlín. Un saludo y gracias por tus palabras! =)
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