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Mauerpark

El mercadillo en el parque de Mauerpark es uno de los Flohmark -- mercadillo de segunda mano -- más famosos de Berlin, sobre todo entre los jóvenes. Nada más llegar empiezas a ver riadas de gente hacia el mismo sitio, así que no es muy difícil encontrarlo, sólo hay que seguirlos.   Conforme vas entrando en el parque -- y sobre todo si hace buen tiempo -- puedes ver cómo la gente se tira en plan lagarto a tomar el sol por toda una ladera que discurre por todo el lateral del parque. En la parte de arriba hay unos columpios gigantes que algún día tengo que probar: subirse y encanarse al máximo para llegar cuanto más alto posible. Esa es la cuestión. Lo mejor de todo es que conforme te vas dando una vuelta por el parque, te vas encontrando con un montón de grupos de música, bandas de percusión, raperos, artistas de todo tipo, etc. Para mí es lo mejor del parque. Puedes escuchar música de calidad sin pagar un chavo -- si nunca les echas monedas, como yo --, a la vez que ellos se dan p

Bigote bigotón

Bueno, ya es que no me puedo aguantar, ¡¡¿es que las mujeres alemanas no han entendido que los bigotes femeninos NO MOLAN?!! Están por todas partes, no paro de verlos, me persiguen. Vas en el metro. Enfrente de ti acaba de sentarse una tía muy guapa, con unos ojazos impresionantes. Se baja la bufanda, una piel morena que no parece de aquí, labios bonitos y... aaahhh!! bigotazo. Pero muchacha, con lo guapa que eres, ¿cómo puedes tener ese bigote? Otro ejemplo. Vas andando, figura escultural a la vista, tremendaza. Te acercas, la miras, te mira... bigotón!!! Pero por favor, que alguien pare esto!!! Y lo peor de todo es que ya estoy emparanoyado, y lo primero que le miro a una mujer es el bigote. A ver, yo tampoco soy aquí mister Di Caprio para exigir nada, pero un poco de dignidad bigotal, por favor. Que eso es un tironcillo de nada, media tarde con el bigote en erupción, y quedas estupenda. Es como si yo estuviera tremendo, y me asomaran unos pelacos por el sobaco cual rastas. Pues

A little bit

"A little bit" viene a significar algo así como "un poco". Y esa es la respuesta que te dicen muchas personas aquí en Alemania cuando tú, incapaz de hablar cosas en alemán que no tengan nada que ver con pedir comida en un restaurante, decir tu nombre y cuántos años tienes, y cosas unidireccionales del estilo -- porque cuando ellos te hablan tú no lo entiendes --, preguntas educadamente: "¿sabe usted hablar inglés?" Un poco, te dicen. Pero te pones a hablar con ellos y te das cuenta de que ese "poco" es, probablemente, más inglés que el que hablan el 95% de los españoles. Muchas veces más inglés que el que yo mismo hablo, que trabajo todos los días hablando y leyendo en inglés. Y ya los jóvenes universitarios ni te cuento. Todos. Mucha gente viene al despacho a preguntar cualquier duda, y cuando se avalanzan a preguntarme algo en alemán les corto y les digo: "sooo, en inglés, que soy foráneo". Acto seguido, sin pestañear, cambian a in

Como un viernes de plaza, el día de los turcos

Bueno. Después de una semana con bastante trabajo y atendiendo visitas, vuelvo a la carga. El día de los turcos es el sábado. El sábado por la tarde es un buen día para bajar a comprar fruta. Coges el metro, tres paradas, coges el tren, otras cuantas, vuelves a pillar el metro otras dos paradas y ya estás allí. Aunque no lo parezca, está cerca, para ser Berlín. Pero esto no lo hago yo en el Puerto así me mataran, para comprar fruta... digo. Ya os comenté en otra entrada lo de los puestos de la fruta de los turcos. Estos puestos te los puedes encontrar por la calle. Tú llegas, te das una vuelta, eliges la fruta que más te gusta y luego se la das a uno de los turcos. Te la pesa, te pone la etiqueta de lo que vale, y no te la cobra. Y yo la primera vez me quedé así como a cuadros pensando: "¿y dónde pijos se paga esto?". Entonces el turco, al entender perfectamente el idioma internacional que hablaba mi cara, me dijo en el otro idioma internacional consistente en gestos con