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La reina del tour y cía.

Ha sido muy agradable visitar esta ciudad. Me ha gustado mucho y ha resultado sobrecogedor el pensar lo reciente de la historia tan brutal que han vivido los berlineses, ya que se puede observar que la ciudad se sigue recuperando. Lo que más me ha llamado la atención ha sido que por primera vez me he sentido cómoda en una gran ciudad, ya que parece que se vive con menos estrés con respecto a otras grandes ciudades en las que he estado. Para mí, dos son los principales motivos. Por un lado el que se vean menos coches circulando, como consecuencia de lo mucho que se utiliza la bicicleta, y por supuesto por lo bien que funciona el transporte público, donde también se permite subir las bicis. Otra razón es que la ciudad tenga tantas zonas verdes y los berlineses las utilicen a tope. Es muy frecuente ver a la gente tumbada en el césped tomando el sol, de picnic, o bañándose en las fuentes. También resulta muy chocante ver las playas que se montan el cualquier sitio, lo que me recuerd

Un finde en Hamburgo: por el día

Hace algunas semanas, bastantes ya, fuimos a Hamburgo. Paco, Andreana, Manuela --sí, son italianas-- y yo nos montamos en un tren regional a las 7 de la mañana rumbo a esta ciudad, que se encuentra al oeste de Berlin, y un poquito más al norte ( ver ). Viajar en los trenes regionales es un auténtico aperreo, porque se paran en muchos sitios, y tardas en llegar la vida. Eso sí, son mejores que nuestros cercanías, y encima hay un billete que se llama "schönes Wochenende" --que viene a decir algo como "fin de semana agradable"-- y que por 40 euros pueden viajar hasta cinco personas todo lo que quieran durante ese día, y en esos trenes. Una vez que llegamos, nos pusimos a recorrerla guía en mano. Hamburgo tiene cantidad de edificios históricos de estos puntiagudos de estilo centroeuropeo que tanto nos gustan. ¿Iglesias? Por un tubo. ¡¡La virgen!! --nunca mejor dicho--. Yo no sé si es que esta gente se tiraba todo el día rezando, o tenían subvención, o un Plan-E de i

Corriendo junto a estatuas

Tengo casa nueva. Y me encanta. No es demasiado grande pero es suficiente para mí, y para mis  visitas. Pero lo que más me gusta de todo no es la casa en sí. Por ejemplo, está cerca del trabajo, a unos 10 minutos en bici, y por un camino paralelo a la orilla del río. Insuperable. Está situada a menos de 5 minutos de la parada de metro, en un barrio con tiendas de primera necesidad, bares, sitios para comer, y hasta un mercadillo semanal. Y lo que aquí vengo a contaros: viene con castillo y jardines para irse a correr, de serie. Bueno, más bien viene a ser un palacio. Para situarnos, os estoy hablando del Schloss Charlottemburg ( ver ), o traduciendo, el Castillo de Charlotemburgo. Algo de historia rápida: se empezó a construir en 1695, y estaba destinado a ser la residencia de verano de Sofía Carlota de Hanover, la esposa de Federico. Federico la espichó antes de tiempo, por eso el castillo pasó a llamarse Charlottenburg Liezenburg en su honor. El castillo fue modificado en los sigu

Lo que más rabia da

Con tu suegro no hables ni de política, ni de fútbol, ni de religión. Sabio dicho que te ahorarrá varios disgustos en sobremesas dominicales de arroz, buen postre y café. Sabio dicho que te los ahorrará incluso en situaciones en las que ambos os encontréis en el mismo bando. Por experiencia familiar puedo dar fé de que al final la cosa siempre acaba en discusión, aunque uno de ellos se empeñara siempre en decirme, cuando era pequeño, que él no era ni del PSOE ni del Madrid -- un beso, fetéles. Y sabio dicho que se puede aplicar en innumerables ocasiones, como ésta, donde opinar de política no me traería otra cosa que "disjustos". Así que no vengo a hablar de política. Vengo a hablar de que el otro día estuvimos en la manifestación del 21M en Berlin para apoyar, de cierta manera, a los que están allí en España dando el callo. Llevamos ya unas semanas en las que la política es tema candente entre los españoles. Quedas con alguno de tus amigos o amigas a tomar algo y las conv

La voluntad

El otro día fui a un bar que me encantó. Buen ambiente, buena gente, cómodos sillones, algo de comida, y mucho vino. Se llama Weinerei Forum ( http://www.weinerei.com/forum.html ), y lo podemos encontrar cerca de la parada U Rosenthaler Platz ( ver ). Se trata de una vinería. Aquí puedes probar multitud de vinos (tintos, rosados, blancos, dulces, etc.), además de degustar algo de comida para no perecer en el intento. La comida suele ser básica -- por lo menos cuando yo fui. Algo de pasta, ensalada, quiche , y si tienes suerte algo de dulzaina para terminar. El ambiente es muy bueno: multitud de gente joven y no tan joven se distribuyen por mesas, sillas, taburetes y sillones, cada uno de su padre y de su madre, lo que le da al bar ese toque característico muy común en los bares de Berlín. Es el típico bar de "nos pegamos hostias al entrar para pillar el sofá", merecerá la pena. También es otro de esos bares difíciles de encontrar en España, por la simple razón de que en nu

Iberia me la lía una vez más

Quién me iba a decir a mí que mi primer post después de volver de España sería para cagarme -- sí, de hacer caquita -- en Iberia. Esa gran compañía que ya me hizo la pinza al reservar un vuelo para ir a España, y que ahora me la vuelve a hacer dejándome tirado en Madrid. Gracias a tus eficientes trabajadores, Iberia, has chafado muchos de los planes que tenía previstos solucionar esta noche y mañana. El balance asciende a lo siguiente: no llego a Berlín esta noche, llegando mañana a la hora de comer, lo que me obliga a dormir fuera de mi casica nueva, a pegarme un madrugón, y a alargar casi veinticuatro horas mi viaje hacia Berlin pierdo un día de trabajo (eso no es malo del todo ;-) no llego a recoger las llaves de mi nuevo piso, y ahora tengo que esperar hasta mañana a las diez de la noche, con una maleta de 23 kg, hasta que mi vecina llegue de trabajar no tengo muda, aunque cierta gracia no divina ha hecho que echara un paquete de calcetines en la mochila, ya que se me olvidó m

Tío feteles

Me has pillado de improviso. Pensaba contártelo cuando llegara... pero bueno, te lo adelanto por aquí. Siempre a veces tan impaciente, aunque tus motivos tendrás, y esta vez sí que los entiendo más que nunca. Aquí te cuento un poco sobre estos tres meses en Berlin, a modo de resumen. Para empezar, resultó ser verdad que el frío tampoco era para tanto. Más de una vez te conté que me habían dicho que no me preocupara demasiado por este tema, pero no me lo terminaba de creer. Al final me sobró ropa de abrigo, y ahora cargado para España para hacer el cambio de temporada. La cuestión era abrigarse bien y no pasar demasiado tiempo en la calle, cosa difícil para nosotros. Te mentiría si alguna vez no he echado de menos un sillón como el tuyo, ahí con su par de manticas y la estufica enfrente, sobre todo cuando venía con los pies como el mármol. El trabajo al pelo, abuelo. Hago lo que quiero y soy mi propio jefe. Estos alemanes son dedicados, currantes y buenos en sus cosas, aunque nada d