Dónde estabas entonces...

Dos sirios, un indio, tres polacas, una eslovena y un lumbrerense. Ese fue el bagaje de gente en mi primera noche de fiesta en Berlín. No esta mal.

Todo empezó a las 11pm -- que aquí los alemanes están siempre con la mierda del am y pm -- en el salón de nuestra planta, si se le puede llamar salón. Habíamos quedado allí. Una salita con dos sofás que parecía un comité de la ONU, aunque también tenía bastantes similitudes con la oficina donde tienes que registrarte como ciudadano alemán nada más llegar. Mientras el indio Samat se pinchaba unos temazos en su portátil y se liaba cigarros, una polaca -- cuyo nombre todavía no conozco -- bebía tequila a palo seco con las narices tapadas, y luego se enjuagaba la boca con zumo de naranja para paliar el sabor de aquel mejunje mejicano que tenía pinta de todo menos de tequila. A mi derecha uno de los sirios -- Mohamed -- y la eslovena, mientras esperábamos a que llegaran los demás.

Durante el trayecto al sitio de fiesta, el indio -- que es un crack -- me iba contando dónde íbamos, y cómo funciona más o menos la cosa. También me contó, a la vez que lo iba viendo, que es legal beber en la calle y en el tren o metro. La gente iba con sus cervezas, copas, botellas, etc. en la mano y bebiendo, sin ningún problema. Además, me enseñaron que como aquí te devuelven pasta en los supermercados por los envases de cristal y plástico duro, si los dejas debajo de las papeleras en vez de dentro permites que los mendigos puedan recogerlas y sacarse unas perrillas.

Una vez llegamos al sitio de fiesta después de 25 minutos de tren -- esta zona de fiesta se llama Warschauer Strasse -- anduvimos un poco hasta llegar a un puente. Una vez cruzas el puente, tienes a un lado los clubs y a otro los pubs -- más o menos. Nosotros fuimos a un club que se llama Matrix, que viene a ser una cosa así más o menos como una discoteca de dos salas, en las que en una de ellas -- la que tenía musiquilla así más funky y bailonga -- se puede fumar, que es otra diferencia con España: a pesar de tener una ley del tabaco hace ya bastantes años, hay salas dentro de algunos locales en las que se puede fumar.

Sólo estuvimos allí porque esta gente no podía volverse muy tarde -- llegamos sobre las 4 -- porque todavía están en período de exámenes. En ese tiempo me pude fijar que los cubatas son un poco cutres, sobre todo los tres hielos de mierda que te echan, que parece que los acabas de sacar de la cubitera que venía de serie en el frigorífico de tu cocina. Sin embargo el tema cervecil molaba más. Las cervezas valían entre 3 y 4 eypos. La de tres lo mismo no te merece tanto la pena, porque es un tercio de cerveza pilsen -- como la de España, vamos -- que tampoco es nada fuera de lo normal. Las de 4 pavos eran cerveza Franziskaner de medio litro, weiss bier  -- cerveza blanca -- de trigo que en cuanto te bebes unas pocas te pega un sartenazo que dices: aflojaaaa!!! Ayer descubrí que si para las cervezas de trigo te las pides del tipo "kristall klar", estas no son tan espesas como la la weiss bier normal, y no te quedas como si te fueras comío un pavo, como dice alguien por allí.

Cuando ya nos volvíamos, uno de los sirios se empeñó en que cada uno cantara una canción de su país, en plan Eurovisión. Como con algunas cervezas en el chaleco es más fácil cantar, yo opté por una bastante famosa que me encanta: Dónde estabas entonces, cuando tanto te necesité...